Cuando al senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, se le ocurrió definirse como socialdemócrata durante sus precandidaturas presidenciales a nombre del Partido Demócrata, abrió sin proponérselo una mina de oro para sus rivales dentro del Partido Republicano.
Desde entonces, los republicanos que aspiran a un cargo de elección popular han definido a sus rivales demócratas como socialistas que buscan instaurar el socialismo de corte castrista en Estados Unidos. La idea es absurda, pero millones la han asumido como cierta. Y en zonas como el sur de la Florida, donde hay una comunidad latina y exiliada muy fuerte e influyente, los republicanos han gozado de las mieles del socialismo, una estrategia de desinformación que les ha sido muy útil.
¿Qué tanto puede durar esa estrategia que busca generar miedo, y manipular los resentimientos de la gente? ¿Qué posibilidades hay de contrarrestar esta otra gran mentira que ha tenido amplia acogida en medios radiales del sur de la Florida, y en las redes sociales?
Las mieles del socialismo han dejado a varios perdedores regados en el camino de las candidaturas. Algunos de ellos nos contaron su propia historia. Otros buscan alternativas.
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La otra cara de la moneda.