Alfredo del Valle Bango colocó TNT y 15 cartuchos de dinamita en un avión para cobrar un millón de pesos por su “muerte…”, pero el destino volvió a salvar muchas vidas inocentes, aunque el saldo trágico fue de tres muertos y siete heridos graves.
La tragedia ocurrió el sábado 9 de mayo de 1953, relativamente poco tiempo después del atentado de los dinamiteros Paco Sierra y Emilio Arellano.
El avión no sufrió daños porque los explosivos estallaron en el área de paquetería en el aeropuerto de Mazatlán, cuando la nave había partido hacia el Distrito Federal. No fue por error del criminal, sino de un empleado que por descuido dejó la bomba en tierra y luego pretendió corregir la falla, mandándola en otro avión de pasajeros, pero el estallido se produjo cuando los maleteros llevaban el equipaje en un carrito metálico.
Puedes conocer más de este y otros casos en los Archivos secretos de La Prensa.
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