Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
- Lectura del libro del Éxodo 34, 4b-6. 8-9
- Dn 3, 52-56 R/. A ti gloria y alabanza por los siglos.
- Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13, 11-13
- Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 16-18
- Reflexión católica.
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