En un pequeño y apartado pueblo, existía una leyenda que helaba la sangre de los más valientes. Cuentan que una antigua bruja hechicera, conocida por su terrible maldad y sus poderes oscuros, habitaba en lo más profundo del bosque. Su nombre era Celestina, una mujer de apariencia espeluznante con ojos brillantes y una risa siniestra que resonaba en la noche.