El 26 de septiembre de 1999, lo que debía ser el día más feliz en la vida de Gladys Ricart se convirtió en una tragedia inimaginable. Rodeada de familiares y amigos en su casa de Ridgefield, New Jersey, Gladys que estaba a punto de casarse con el hombre que había elegido para compartir su vida, fue brutalmente asesinada.