El 4 de junio de 2008, la vida de Travis Alexander, un carismático vendedor y orador motivacional de 30 años, llegó a su fin de una manera brutal en su casa de Mesa, Arizona. Fue víctima de un crimen que no solo estremeció a su círculo cercano, sino que también atrajo la atención de los medios de comunicación quienes convirtieron el caso en un espectáculo mediático seguido de cerca por un público ansioso por saber todo acerca de la historia perturbadora, llena de obsesión, manipulación y violencia que rodeaba a la muerte de Travis.